Aprendea a distinguir cuáles son alimentos sostenibles.

25.11.2013 17:14

 

Envase discreto. Evita las cajas de cartón demasiado grandes ilustradas con colores demasiado vivos. Prefiere envases discretos, como los sacos de tela que todavía usan algunas variedades de legumbres. A ser posible, que permitan ver el contenido. De esta manera compras comida, no materiales de embalaje.

Ingredientes concisos. Son preferibles los alimentos con las listas de ingredientes lo más cortas posibles, no más de dos o tres. Hay que evitar las listas demasiado largas, que incluyan sustancias extrañas (como “benzoato de sodio”, o escritas en un cuerpo de letra demasiado pequeño en relación con el tamaño del envase.

Un precio ajustado. Comprueba el dato de precio por kg que muchos mercados ofrecen a sus clientes para comparar productos.

Sin calificativos ni adjetivos. La información nutricional es un cosa, y las promesas saludables, como decir “sin colesterol”, “amigo de tu corazón”, etc, otra. Por ejemplo, conviene huir de ellos alimentos que dicen estar “enriquecidos” con algún componente o vitamina. Un alimento es comida, no un catálogo de nutrientes.

Libres de retórica indemostrable. Por ejemplo; “Verduras de mi huerta, cuidadosamente seleccionadas”, “Frutas cogidas en su punto óptimo de maduración” Un poco de publicidad no está mal, pero no hay que pasarse.

Frescos, enlatados y congelados. Nada de “pre” (prefritos, precocinados, preparados). Prefiere los alimentos que puedes cocinar y transformar tú mismo en cazuelas, sartenes y hornos. Los alimentos cuyo único destino es la freidora o el microondas generalmente no son una buena opción.

Con carnet de identidad completo. Con la máxima información posible sobre su origen, procedimiento de obtención (especialmente importante en los pescados) y procedimiento de transformación si se trata de una alimento en conserva.

Con alguna de estas etiquetas. Los alimentos que pueden ostentar estas etiquetas suelen ser de especial calidad y de confianza: podemos encontrar marchamos de Agricultura Ecológica, Indicación Geográfica Protegida. Denominación de Origen Protegida, etc. En el caso de los huevos, preferir los de clase 0 y 1 (ecológicos y procedentes de gallinas criadas al aire libre).

De colores vivos. ¿Cómo es el color de tu cesta de la compra? Si predominan los verdes, rojos vivos, amarillos y naranjas de las frutas, verduras y legumbres, con algo de carnes y pescados frescos, todo va bien. La carne, si te gusta, es un buen acompañamiento de una dieta más bien vegetal. Huye de la “dieta marrón” a base de prefritos.

Elegidos con fundamento. No compres automáticamente. Sopesa las opciones, lee las etiquetas, compara precios y calidad, piensa en cómo vas a usar la comida que compres. No compres alimentos para los que no tengas un plan diseñado de uso, terminarán rebasando su fecha de caducidad o simplemente pudriéndose en el fondo de la nevera.